Travesía Sonora (Sonora de sonido, no del estado del norte) comenzó como un ejercicio de amor musical, una pasión desenfrenada por contar historias y la necesidad de dejar mi alma al descubierto. Durante casi 8 años -¡Madre mía, qué aguante!- han pasado actores, músicos, críticos e incluso, uno que otro colado. Resulta interesante que, durante este tiempo como productor independiente de medios de comunicación, sienta la misma necesidad que sentí el primer día: “Dejar fluir a mis demonios”.
Medité el regreso, medité la evolución constante que he vivido y dije: ¡Necesitas volver!
Les contaré un poco, hace unos días renuncié a un empleo maravilloso en la universidad que durante 5 años fue mi hogar por una razón: Uno tiene que dejar sus miedos atrás, amar su vida hasta perder la razón y seguir, seguir hasta que los imposibles parezcan alcanzables.
Este regreso es una de tantas cosas que haré, regresaré, además, como publicista independiente y colaborador en medios de comunicación -aún no sé ni en donde, ni cuando-, seguiré sentándome a disfrutar el café, a compartir charlas interminables con personas que coleccionan historias.
El amor es el camino seguro a cualquier parte, es justo el punto de equilibrio necesario para siempre tener una respuesta. Esta nueva etapa está plagada de sonrisas, mucho café, muchos conciertos, mucha música y por el placer de compartir.
No guardé silencio, sólo me dediqué a crecer y estoy de vuelta.