Era viernes y tomaba una cerveza, escuchaba los acordes perfectos de una canción que entraba en sintonía con lo que estaba pensando y sólo pensé: “¡Es momento de volver!”.

Para mí, la música es poesía, es la mezcla perfecta que alimenta el corazón. Una canción, puede construir o destruir un romance, un acorde puede evocar el recuerdo perfecto de un instante único.

Tome un sorbo, cerré los ojos, pensé: -La radio no me necesita, yo necesito a la radio- ese momento fue el detonante emocional que decidió todo, mi programa debía tener una octava temporada, pero, tenía que ser un regreso digno de ser recordado, no quería ser un regreso más, de esos insípidos.

Me di a la tarea de crear un concepto, de diseñar la nueva etapa. ¿Cómo rediseñar algo que ha marcado tu vida? Esa era la pregunta inicial. Hace 9 años no existía ni Spotify, ni Deezer y iTunes (hoy casi muerto) reinaba el mundo: ¿cómo no perder la magia después de tanto tiempo y tantos cambios? Era la pregunta, hace 9 años la gente ligaba en bares, hoy lo hace en Tinder.

En pocas palabras, todas las industrias han cambiado, el mundo está cada vez más cerca, tenía que convertir eso en un aliado perfecto, así fue como de pronto, llegué a todas las plataformas digitales, hoy la nueva etapa que se comenzó a trazar desde hace 10 días -tampoco debemos mentir, no fue hace meses.- está con más fuerza que nunca.

Y yo siento amor con sólo presentar una canción, siento placer con sólo cerrar los ojos y contar anécdotas. El internet nos acerca. Disfrutémonos.

Bienvenidos a la Travesía, ahora en forma de fichas, no, perdón, de Spotify.