Tengo un amor profundo por el deporte, un respeto inmenso por Tlaxcala. Un agradecimiento profundo con Coyotes Tlaxcala FC. Este torneo, representó regresar a una de las cosas que más amo en la vida, el futbol, lo más importante de lo menos importante de la vida -diría Jorge Valdano- y es que, en una construcción emocional, el deporte en mi vida representa pasión, el tocar una cancha, una duela, llegar a una grada.
Desde que era pequeño me enamoré de las competiciones, de lo que representaba la industria deportiva. Coloqué mis esperanzas en llegar a cumplir un sueño increíble. Hace año y medio llegué por primera vez a Tlaxcala -sí, la gente decía «no existe ¿qué harás allá?» diseñamos la segunda mejor estrategia de la Liga de Expansión y esta temporada con un equipo de trabajo maravilloso, nos dio para soñar. Sí, sólo un publicista, al que quizás le puedan reprochar mil formas, mil fondos, que si trabaja muy abstracto, que si es sui géneris, que si busca la simpleza, que si los tacos, que si el frío. Mi trabajo es eso, un momento mágico de pensamientos, de cruces, de choques, de charlas y de discusiones.
Me duele la eliminación, pero me gusta mucho hacer que la magia suceda, hacer que la gente crea que es posible, al equipo le han reprochado mil cosas, ‘mucha publicidad y poco futbol’ pero, ¿qué será del futbol sin publicidad? un nulo y vacío espectáculo, con publicidad se vuelve un eje detonar de emociones, un mágico proceso de identidad.
Es increíble estar, tocar el cielo en el césped. Gracias Tlaxcala y gracias afición por recibirnos (a mí, a mi equipo de trabajo) con tanto amor. Que el balón siga rodando.