El día de hoy, la selección venció a los alemanes contra todo pronóstico y debutó en el Mundial de Rusia 2018 con sed de triunfo. México sacó un resultado histórico, tenían dos opciones, salir como víctimas o pelear como guerreros al tú por tú. Y esta es la perfecta analogía de ser mexicano; ante las adversidades nos hacemos fuertes, luchamos como nunca cuando nadie cree en nosotros, y siempre demostramos con lucha y entrega que podemos trascender.

Trascender es la palabra a la que hoy, quiero rendirle tributo. Vivimos en el país de los sueños, en el país en donde el esfuerzo y la dedicación forman una recompensa fantástica, en donde se sufre a diario pero, siempre con una sonrisa, en donde la unión genera conexiones casi sagradas que permiten a propios y extraños admirar a los mexicanos.

Para tener éxito nuestro camino siempre está marcado por turbulencias pero, debemos recordar que, luchar siempre será el camino seguro a cualquier parte y es que, cuando todos te digan que no, lucha. Cuando parezca que las cosas están en tu contra, lucha. Cuando nadie crea en ti, lucha.

El futbol es sólo el pretexto para demostrar que, cada cosa que hagamos se debe hacer con entrega y pasión. México es ese lugar que nos enseña a crecer, que nos dice: Si quieres comerte al mundo, no te des por vencido.

El amor siempre será el camino seguro a cualquier parte, y es justo por es que, cada cosa que hagamos por imposible que parezca debe hacerse con entrega, sacrificio y mucha pasión. Que la victoria de hoy, sólo sea el pretexto para decir: Soy mexicano, voy a trascender y a contar mi propia historia.

Y es que, ¿cómo no amar a este país? Si nos da lecciones tan fuertes, si no existen terremotos que logren derrumbarlo, si cada que un país en el mundo sufre una tragedia, nosotros les damos la mano. Justo por eso amo ser mexicano, porque puedo contar historias que llenan el alma de sonrisas.

Es cierto, no hemos sido campeones del mundo pero, ¿por qué no soñarlo? Justo como esa tarde en Londres, cuando nadie nos creía capaces de derrotar a Brasil en unos Juegos Olímpicos y nos levantamos para convertir esos 90 minutos en la gloria más grande del futbol mexicano, que sea una lección: Somos la generación que está cambiando México díganlo con orgullo y sin miedo.

Te amo, México.