Alejandro y su pasión por los woks

Mis viernes comienzan desde muy temprano, los acompaño de una taza de café para poder estar con la energía suficiente durante el día, tengo una extraña cualidad: Casi todos los jueves sufro insomnio.

Desde que comencé en los medios de comunicación acompañaba mis horas en la redacción o en las cabinas con comida, sí, era de esos clásicos glotones de oficina que, no paraba de comprar cosas en la tiendita de la esquina por una razón: ¡Amor por comer!

Es cierto, pasan los años y ese amor se va puliendo, dejas las papas y las cambias por un platillo más célebre: Tacos de canasta, una de las joyas de la gastronomía tlaxcalteca. -Luego les cuento la historia-

Pero, desde hace unos meses empecé con una nueva extraña costumbre: Comer woks saliendo de mi trabajo. Es cierto, sabía poco o casi nada sobre ellos y fue el tiempo (y Wikipedia) el que me dio las respuestas: Wok es el sartén, no la comida.

Cuando lo supe, fue un golpe de conocimiento que casi me deja inconsciente, porque consideraba que, aquel revoltijo que hacía se llamaba de tal forma, debo decirlo, nunca he sido bueno armando mi platillo, siempre le ponía mil salsas y uno que otro condimento pero, el resultado lo amaba.

Y es que, probablemente lo amaba por una razón: Era creado por mí, era único, esa es Una de las cosas que más me gusta de la comida asiática, poder mezclar los ingredientes y convertirte en el “creador” de tu platillo, un concepto que, gracias a su simpleza ha tenido éxito en todo el mundo.

Me apasioné con los ingredientes, me enamoré del resultado. ¿Cuál es la razón? Es simple, cuando tú tienes el poder de crear, sabes que el resultado no todo el tiempo será bueno pero, existe algo que te hará comerlo: El orgullo de saber que tú fuiste el responsable de crearlo.

Por eso están proliferando por todo México ‘foodtrucks’ de comida asiática, por eso la gente se siente identificada, no existe nada más placentero que, combinar ingredientes, es quizás como cuando éramos niños y mezclábamos todos los refrescos, casi nunca nos gustaba el sabor pero, llegábamos al final porque éramos creativos responsables.

Conceptualmente los “woks” son creatividad gastronómica y desde hace algún tiempo, mi eterno acompañante de los viernes. Y es que, como diría el gran Anthony Bourdain: Tu cuerpo no es un templo, es un parque de diversiones. Disfruta el paseo.”

¿Quieren que haga reseña de su platillo favorito? ¿Que visite un lugar?

 

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